Contenido del curso
LECCION 1 – 50
1. Mira ahora lentamente a tu alrededor y aplica esta idea de manera muy concreta a todo lo que veas: Esa mesa no significa nada. Esa silla no significa nada. Esta mano no significa nada. Este pie no significa nada. Esta pluma no significa nada. 2. Luego mira más allá de lo que se encuentra a tu alrededor y aplica la idea dentro de un campo más amplio: Esa puerta no significa nada. Ese cuerpo no significa nada. Esa lámpara no significa nada. Ese letrero no significa nada. Esa sombra no significa nada. 3. Observa que estas afirmaciones no siguen ningún orden determinado ni hacen distinción entre la clase de cosas a las que se aplican. Ése es el propósito del ejercicio. La afirmación debe aplicarse sencillamente a cualquier cosa que veas. Al practicar la idea del día, hazlo con total imparcialidad. No trates de aplicarla a todo lo que se encuentre dentro de tu campo visual, pues estos ejercicios no deben convertirse en un ritual. Asegúrate solamente de no excluir nada en particular. En lo que respecta a la aplicación de la idea, una cosa es igual que cualquier otra. 4. Las tres primeras lecciones no deben hacerse más de dos veces al día, preferiblemente una vez por la mañana y otra por la noche. No deben pasar de un minuto más o menos, a no ser que eso cause una sensación de premura. Una cómoda sensación de reposo es esencial.
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Acerca de las clases

1. Los ejercicios que se han de llevar acabo con esta idea son muy similares a los anteriores. Es necesario, una vez más, que para cualquier aplicación de la idea de hoy nombres muy concretamente la forma de disgusto de que se trate [ira, miedo, preocupación, depresión, etc.], así como lo que percibes como su causa. Por ejemplo:

 

Estoy enfadado con ______ porque veo algo que no está ahí.
Estoy preocupado acerca de _____ porque veo algo que no está ahí.

 

2. Conviene aplicar la idea de hoy a cualquier cosa que parezca disgustarte, y puede usarse provechosamente durante el transcurso del día con ese propósito. No obstante, las tres o cuatro sesiones de práctica que hoy se requieren deben ir precedidas, como en días pasados, por un minuto más o menos de búsqueda mental, seguido de la aplicación de la idea a cada pensamiento de disgusto descubierto en dicha búsqueda.

 

3. Una vez más, si te resistes a aplicar la idea a algunos de los pensamientos que te causan disgusto más que a otros, recuerda las dos advertencias mencionadas en la lección anterior:

 

No hay disgustos pequeños. Todos perturban mi paz mental por igual.

 

Y:

 

No puedo conservar esta forma de disgusto y al mismo tiempo desprenderme de las demás. Para los efectos de estos ejercicios, pues, las consideraré a todas como si fuesen iguales.